Decir,
Virgen del Carmen, significa unir a la Virgen María con la historia de
Chile, con su pueblo y su cultura. Ella es la Reina de Chile, que no solo se
preocupa de las personas individualmente, sino que vela por toda la nación,
por su progreso y desarrollo. A ella le confiamos nuestras preocupaciones y
anhelos, como dice la Oración por Chile:
"Hoy te confiamos lo que
somos y tenemos,
nuestros hogares, escuelas y oficinas, nuestras fábricas,
estadios y rutas, el campo, las pampas, las minas y el mar".
“VIRGEN
DEL CARMEN,
REINA DE CHILE, SALVA A TU PUEBLO QUE CLAMA A TI”
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"EN
EL MISMO SITIO DONDE SE DE LA BATALLA Y SE OBTENGA UNA VICTORIA, SE LEVANTARÁ
UN SANTUARIO
DE LA VIRGEN DEL CARMEN, PATRONA
Y GENERALA DE LOS EJÉRCITOS DE CHILE.
Y LOS CIMIENTOS SERAN COLOCADOS POR LOS MISMOS MAGISTRADOS QUE FORMULAN ESTE
VOTO Y EN EL MISMO LUGAR DE SU MISERICORDIA, QUE SERA EL DE SU GLORIA"
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Este es el texto del juramento por el cual el pueblo de Santiago y
sus autoridades civiles y religiosas, encabezados por don
Luis de la Cruz, como Director Supremo delegado y Monseñor
Ignacio Cienfuegos, Vicario de la Diócesis de Santiago, reunidos en la
iglesia Catedral, el sábado 14 de marzo de 1818, a
fin de depositar su confianza en la intercesión de la Virgen
del Carmen, ante el avance de los ejércitos españoles al
mando de Osorio, prometen construir un Templo
a su
memoria en el lugar donde se afirmase para siempre la
libertad de Chile.
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